Su legado vive en nosotros

Ginny vino a PR como parte del esfuerzo que hicimos a principios del siglo de traer a Puerto Rico los cursos de formación de guías montessori. 

Desde el día uno, Ginny se enamoró del proyecto y se dedicó al mismo hasta que ya no pudo trabajar más a sus 90 y pico de años. Nos dio un ejemplo de trabajo y dedicación, de fidelidad a los principios de justicia y acceso. Nunca se cansó. 

Ginny encontró en Puerto Rico, como solía decirnos, el sueño de Maria Montessori servir a todos y todas las niñas del país con una filosofía y metodología de enseñanza basada en el respeto profundo a su naturaleza. 

Ginny nos enseñó  sobre las maravillas y grandezas de la infancia y la niñez.

Fue inspiración y motor para el desarrollo de Infantes y Andarines y Casas del Niño en escuelas públicas alrededor de la isla. Tuvo un lugar muy especial en su corazón la escuela Juanita Rivera Alberts de Vieques, donde junto a extraordinarias guías monto los ambientes de este nivel. Ginny hizo de la Isla Nena su casa. 

Ginny se fue a otro plan de desarrollo (como me decía en sus últimos días), pero se queda en el nuestro. Nos acompaña en el nuestro. Fue mi maestra. Fue compañera de sueños grandes. y se queda en cada uno de los ambientes que junto a Sandy ayudó a construir; se queda en los rincones del INE que nos ayudó a soñar.  Es parte importante de quienes somos hoy. ¡Gracias Ginny!


Comunicaciones INE